Contenidos de Naturaleza y Medio Ambiente de Mota del Cuervo y la Comarca Manchega.

jueves, 19 de enero de 2012

SOBRE EL ATC Y LA ENERGÍA NUCLEAR

¿Qué un ATC y como será el de Villar de Cañas?

ATC significa Almacén Temporal Centralizado. Esto es, un lugar donde los residuos radiactivos procedentes de las centrales nucleares y por tanto, de mayor peligrosidad, serán almacenados. Como indica el nombre, se pretende que sea de forma temporal (unos 60 años), aunque hay pocas probabilidades reales de que se trasladen tras ese periodo. Es por esto que el nombre que se debería utilizar es el de Cementerio Nuclear. Hay que tener en cuenta que los residuos depositados allí seguirán siendo peligrosos pasados miles de años y que no se sabe a ciencia cierta que se podrá hacer con ellos para librarnos definitivamente de sus perjuicios.
En el caso de Villar de Cañas, las instalaciones van a ser muy grandes, con capacidad de almacenaje para hasta 7.000 toneladas de residuos de la mayor peligrosidad, cuyo peligro no solo será el que originen en el propio cementerio, sino que además y sobretodo en los miles de peligrosos transportes que se tendrán que realizar para llevarlo hasta el mismo por nuestras vías férreas y carreteras.

¿Traerá dinero y actividad económica el Cementerio Nuclear a la Región?
El proyecto de construcción de las instalaciones del Cementerio Nuclear tiene una designación de 700 Millones de €. Aunque es posible que la gran parte se la quede la macroempresa que sea contratada, el Municipio de Villar de Cañas se quedará con entre el 2 y el 4 % (entre 14 y 28 millones de €). Además de ello, habrá 6 Millones de € anuales para los municipios inmediatamente afectados (sobretodo el propio Villar de Cañas), indudablemente es mucho dinero para municipios tan pequeños, sin embargo, su gestión caerá en manos de los propios alcaldes, con lo que el caciquismo será una lacra para los mismos. Además, los demás municipios de la zona no van a adquirir nada de esos beneficios y si muchos de los perjuicios. Habrá mucho dinero, pero se moverá en pocas manos y solo en unos pocos municipios, sobre todo el propio Villar de Cañas.
Respecto a los puestos de trabajo, habrá un aumento en demanda en puestos en el sector de la construcción en los años que dure el proyecto (unos 5 años). Aunque la empresa adjudicataria traerá gran parte de la mano de obra, no obstante, habrá empleo en el sector de la construcción durante ese periodo de tiempo. Sin embargo, terminada la construcción, los puestos ligados a ella desaparecerán y es previsible un fuerte retroceso en los sectores de la agricultura, ganadería o el turismo (ya que son productos que se venden mal con el sello nuclear).
Para aclarar esto, podemos recurrir a el mejor medidor del desarrollo económico y vitalidad de un municipio que es su índice de población. Cuanto mejor van las cosas, más población es atraída al mismo y menos tiende a abandonarlo. Si aplicamos este índice a la experiencia más similar que conocemos, El Cementerio de residuos nucleares de baja y media intensidad de El Cabril, en Córdoba, cuyas instalaciones fueron inauguradas en 1992, hayamos los siguientes índices poblacionales en los municipios inmediatos:

Hornachuelos 
 
                                                                







 Fuente Obejuna


     
Alanís                                                                                









Navas de la Concepción









Como vemos, los cuatro municipios inmediatos a El Cabril han perdido población de manera importante desde la instalación del Cementerio Nuclear y ello pese a que estas poblaciones también obtienen dinero compensatorio anual. Lo que es aun peor dato, Otras zonas similares de la provincia de referencia han crecido en población, con lo que el efecto no es por el éxodo rural, sino por la pérdida de opciones de trabajo (hay más dinero, pero en menos manos).

¿Es necesaria la energía nuclear?
Los defensores de la energía nuclear insisten en que es imprescindible para el mantenimiento energético español y en que además es una energía limpia que no produce CO2.
Es cierto que la Energía Nuclear no produce CO2 y por tanto, sus efectos para el calentamiento global son menos perniciosos que los de la energía procedente del Carbón o del petróleo, pero sin embargo produce importantes perjuicios medioambientales incluso en su proceso producción y unos residuos que no podemos tratar tras su utilización.
Pero ¿hasta donde es insustituible? La energía de origen nuclear supone aproximadamente el 20,4 % de la energía eléctrica, sin embargo, las energías alternativas superan ya esa cifra. Quizá por esto sorprenda la siguiente gráfica en la que se visualiza la potencia instalada.

En ella se puede ver que la potencia instalada se ha casi duplicado desde 1999 (de hecho, se supone que hay un exceso de más 13.000 MW en potencia instalada respecto a la necesaria). La energía nuclear, que ni siquiera llega a esos 13.000 MW sobrantes, no aparenta el 20 % de las posibilidades de generación, de hecho la gráfica porcentual es la siguiente.
Donde la Energía nuclear no llega al 10 % de la potencia instalada ¿Cómo es posible que aporte más del 20 % de la producción? Y ¿Qué pasa con toda la potencial energía sobrante?
La explicación es compleja, pero podríamos resumirla del siguiente modo: La energía eléctrica no puede acumularse a la espera de demanda, con lo que cuando no la hay (por las noches principalmente) algunas fuentes productoras han de pararse. Las centrales nucleares son muy costosas y problemáticas de parar y volver a poner en funcionamiento y relativamente baratas de mantener en marcha, con lo que, a diferencia de otras fuentes, solo suelen parar su aporte en caso de avería. Esto explica que ese 20 % esté sobredimensionado, ya que si no existieran las centrales nucleares, en los momentos de baja demanda, simplemente no se pararían otros medios de producción. La potencia instalada sobrante podría de hecho suplir a la nuclear en los momentos de consumo punta. Aunque también una mayor eficiencia energética y una mejora de nuestros hábitos de consumo ayudarían a suplir la dependencia de la energía nuclear.
Así por tanto, la energía nuclear no es ni mucho menos necesaria y desde luego, prescindir de ella no nos llevaría a un nivel de vida inferior, es más, lo más probable es que con unas medidas de eficiencia y un uso racional de las otras energías, no lo notaríamos demasiado.
En todo caso, su eliminación inmediata, no es un escenario probable, sin embargo, si se cumplen el calendario de cierre de las centrales, lo sería a medio plazo.

¿Es necesario un ATC? y ¿qué peligros tiene?

En principio cada central estarán planteadas para albergar sus propios residuos y de hecho, los esos almacenes individuales serían tratados con el resto de las centrales a su cierre de forma individualizada. El problema es que las piscinas centrales de las centrales, que es donde actualmente se guardan esos residuos, tienen una capacidad calculada para la vida útil de la central, si esta se alarga, no hay capacidad suficiente, por lo que se hace necesario un ATC.
Las empresas energéticas tienen claro que quieren alargar la vida de las centrales tanto como les sea posible ya que el coste de producción es bajo en relación con otros (lo más caro es construir la central y gestionar los residuos) y si el gobierno les soluciona el problema de la gestión de los residuos y además hace la vista gorda a los problemas de seguridad del alargamiento de esta vida, no van a poner ninguna objeción. Facilitar esta política es uno de los grandes problemas del ATC.
Pero ya hemos visto que la energía nuclear es prescindible, por lo que alargar la vida útil de las centrales, innecesario y peligroso y la construcción de un ATC tampoco sería imprescindible.
Pero es que además, sería altamente peligroso para el municipio y la comarca. Para empezar, un accidente es desde luego posible y mucho más si hablamos del plazo necesario para que el material deje de ser peligroso (para algunos de los materiales más de 240.000 años).  Pero es que además existe la posibilidad de atentados, sabotajes o intentos de robo por parte de grupos terroristas, lo que en si mismo, hará de la región un lugar más peligroso y vigilado. Por otra parte, hay riesgos geológicos, ya que la zona tiene sismicidad (con pequeños movimientos en Belmonte, Hinojosos y Monreal del Llano) que no hacen de la región una zona fuera de peligro, máxime cuando tenemos tan reciente el terremoto de Lorca. Incluso sin accidentes, la población cercana a estos centros aumenta los casos de Cáncer y Leucemia.
Por último y quizá lo más peligroso, los traslados de material radiactivo. Probablemente por tren y carretera, por toda la geografía española y sobretodo por la comarca. Por supuesto que habrá ingentes medidas de seguridad con las molestias para el tráfico y la vida diaria que estas conllevarán, pero aun así, un accidente o atentado “in itinere” es desde luego el riesgo más probable e impredecible de cuantos conlleva la instalación del Cementerio Nuclear y que a diferencia de los demás, puede afectar incluso relativamente lejos de Villar de Cañas.

En conclusión, el Cementerio Nuclear, aparte de un potencial peligro  será con seguridad un problema económico para el desarrollo de la comarca, pero además es innecesario y perpetúa una energía peligrosa y a su vez sustituible.